Ya casi al
final de la asignatura he querido titular de ésta forma este post, porque así
es como percibo esto que llaman
bloguear. Sí, estos meses en los que poco a poco hemos contribuido a agrandar el entramado de
palabras que se extiende por la red. De
ahí el que considere que ha sido un
tiempo dedicado a la correspondencia en común, en un espacio abierto donde cada cual ha ido
aportando partes de sí mismo, y a través
de los enlaces también algunas cosas encontradas en la Web.
No obstante, he de reconocer, que me ha gustado más visitar los blogs de los demás, que publicar en el mío. Pero, no, no es que sea una antisocial, simplemente digamos, que no me siento cómoda divulgando información, ni personal, ni general, más que nada, porque entiendo que existen fuentes de información más contrastadas que las que pueda aportar yo.
Por otro lado, resulta curioso comprobar que aunque vivimos rodeados de tecnología, cuando publicamos, solemos hacerlo en soledad, y desde nuestra particular burbuja, y al hacerlo sucumbimos a esa hiperconexión que crece, y crece, sin pensar demasiado que con ello, dejamos la entrada libre a todo aquel que desea compartir con nosotros parte de sus pensamientos, inquietudes e incluso sentimientos, sin ser conscientes que con ello estamos siguiendo el delirio colectivo de una correspondencia no física, y a veces, forzada.
Sobre este aspecto, hay quienes
A.Cort-C.Pedrola. |
señalan que vivimos en la sociedad del conocimiento, y que son las herramientas tecnológicas las que nos permiten compartir todo tipo de información. Y sí, ciertamente nos ayudan, sin embargo entiendo, que compartir datos y almacenarlos sin ton ni son no tiene necesariamente qué hacernos más competentes intelectualmente. Es más, aunque existe mucha creatividad, y salvando excepciones, en cierta medida, estoy de acuerdo con Antoni Brey cuando sugiere que la ignorancia está alrededor nuestro.
En la misma línea Gonçal Mayos resalta que: “El postmodernismo ha destacado la importancia de la sociedad del conocimiento, de las tecnologías de la comunicación y la información (p.e. Jean-François Lyotard o Gianni Vattimo) pero también de otros aspectos de la sociedad contemporánea muy vinculados con lo que llamamos “sociedad de la incultura”. Nos referimos por ejemplo a la “sociedad del espectáculo “teorizada por Guy Debord y los situacionistas, la cultura “del simulacro” denunciada por Jean Baudrillard o la “era del vacío” analizada por Gilles Lipovetsky .” (La Sociedad de la Ignorancia y otros ensayos, pag.58)
Al hilo de esto, creo recordar que en algún seminario oí decir a "alguien", que "no somos más que lo que la sociedad quiere que seamos...", y quizás ahora lo que le interesa es que nos comuniquemos. De ahí el que no tenga demasiado claro qué tipo de sociedad somos, ni hacia dónde nos dirigimos, ni mucho menos qué podríamos hacer para mejorarla. No obstante, de lo que sí estoy convencida es que todos (de una u otra forma) nos dejamos arrastrar por la corriente de nuestra cultura (en éste caso la globalización informática), ya que como sugiere David Eagelman “nuestra percepción de la vida va por detrás de la realidad" (Entrevista de Eduard Punset con David Eagleman, pág.6), y nuestra realidad, creo, no es más que una creación colectiva que se desvanece con el tiempo.
… continuaré leyéndoos!!!
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